viernes, 6 de julio de 2012

LA GRAN ESTAFA


Cuando yo era niño, no me enteraba de nada, pero escuchaba mucho. Mis padres siempre me decían: “Hijo, estudia mucho, que si no, no triunfarás en la vida”. Mis padres eran trabajadores, mi madre era hiladora en una empresa textil además de ama de casa, excelente esposa y, para mí, la mejor madre del mundo, Mi padre era portuario, de buen corazón, pero muy dado a la bebida y a los malos modales, incluso una vez vi como le puso un ojo morado a mi madre y a partir de ese día se cayo un mito, todavía recuerdo como mi madre lo excusaba mientras se lavaba la herida diciendo que se había dado contra una puerta…

Yo era un estudiante regular, de notable, más que de sobresaliente, pero un buen estudiante que siempre aprobaba en junio, para luego poder disfrutar del verano hasta el curso siguiente.

Tuve una infancia más o menos feliz. Yo era el menor de cuatro hermanos y me crié en los años iniciales de la instauración de la democracia, después de la muerte del dictador Francisco Franco;  España bullía de actividad, estaba llena de fe y de esperanza por un futuro mejor y en libertad. La gente se ilusionó tanto que se produjo un “baby boom” enorme del que nací yo y otros muchos como yo.

Luego, como una enorme ola,  fuimos creciendo y llevándonoslo todo por delante,  como si fuéramos un Tsunami. Llenamos los colegios de EGB (recuerdo que en mi clase éramos 45 alumnos por clase -ahora parece que volvemos a eso- y en algunas se llegaba a más de 50 por clase) llenamos las universidades (recuerdo que en mi facultad éramos mas de 250 alumnos, tantos, que si llegabas un poco tarde tenías que tomar apuntes desde el pasillo “a oreja”) luego llenamos los pisos y el precio de éstos fue creciendo y creciendo sin parar hasta formarse la famosa burbuja inmobiliaria de la que tanto y tanto se ha hablado y próximamente saturaremos los asilos, las pensiones y todo lo que haga referencia a la tercera edad.

Todos se fueron forrando al paso de ese enorme Tsunami y los que más los bancos, constructores, promotores, editores, notarios y ayuntamientos, unos dando créditos a mansalva, otros cobrando comisiones, beneficios monstruosos, impuestos y regularizando y subastando terrenos municipales, otros haciendo escrituras, todos se forraron con la especulación inmobiliaria y no tuvieron recato alguno en empacharse y corromperse vilmente. Las entidades de crédito financiaron, a plazos increíblemente largos, cantidades enormes  sin pedir las mínimas garantías de solvencia, como si no fuera a explotar nunca la burbuja, su misión era dar y dar más créditos al sector inmobiliario, como si no hubiera un mañana, como si la orgía fuera a durar siempre y claro, llegó el mañana y la burbuja petó, pillando con las manos en la masa a todos los "avariciosos" bancos y promotores con sus pisitos y terrenitos hipermegavalorados y que ahora resulta que no valen ni la mitad de la mitad de lo que fueron valorados en su época; eso es lo que ha creado este agüero tan grande y eso es lo que ha llevado a la ruina a toda España.

Me siento estafado porque yo no he tenido culpa de nada de eso, porque, tal y como me dijeron mis padres y el sistema, yo estudié, yo trabajé de todo mientras tanto para coger experiencia real, de mensajero, de repartidor de publicidad, de auxiliar administrativo, de vigilante, incluso yo emprendí montando una empresa, que la crisis se llevó por delante, es decir, yo hice todo lo que tenía que hacer y ahora que tengo la formación y experiencia para ofrecer a terceros por cuenta ajena resulta que, como ya he montado la cuarentena, ya soy demasiado viejo; no me puedo jubilar hasta los 67 y el mercado laboral ya me ha expulsado, ¡ qué cruel paradoja! ¿resulta que el sistema laboral me estña intentando prejubilar anticipadamente  y aún  encima quieren aumentar la edad de jubilación? Pues no se entiende. La verdad.

Todo esto es un sinsentido. Se desperdicia talento a cascoporro, ahora que estoy en la mejor etapa de mi vida, con mis hijos ya son grandecitos que ya casi se vale por si mismos y que ya casi  no me necesitan casi para nada, ahora que tengo, mis capacidades intelectuales y profesionales en su máximo apogeo, ahora que estoy en el mejor punto: ¿Qué es lo que me ofrece esta vida en España?  Pues paro, paro y más paro o que emprenda por mi cuenta un negocio, ahora que los bancos no dan créditos, ahora que el consumo está por los suelos, ahora que no hay más que recortes y subidas de impuestos por todos lados y que el dinero no circula brillando por su ausencia en las calles ¿ahora quieren que monte yo un negocio? pero ¿que clase de negocio quieren que monte, si está todo muerto? Algo se me ocurrirá, no me queda otra más que volver a emprender o morirme de asco en una esquina...

Es todo un engaño mayúsculo, yo cumplí con mi parte del trato y el sistema no está cumpliendo con la suya y yo me pregunto: ¿si el sistema ha incumplido unilateralmente con el trato, no es obvio que habrá que cambiar el sistema? Pues, habrá que ponerse manos a la obra, señores.

Se ha demostrado que este sistema es insolidario, que es inviable porque los tipos de interés financieros no pueden ser saciados con lo que se produce en la economía real, es decir, dichos intereses crecen exponencialmente mientras que los beneficios y la productividad crecen geométricamente; ambas economías se han separado y debemos hacer un reset y cambiar el chip, debemos volver a la economía real y dejar a un lado la financiera, marginarla; el cuento del emperador va desnudo es aquí muy evidente, todo el mundo quiere hacer pasta con su pasta y al final resulta que no hay tanta pasta para todos, nadie quiere quedar en evidencia y sin silla, es como un inmenso castillo de naipes de productos financieros que se avalan y dan créditos, los unos a los otros, pero  que en realidad son humo, solamente humo, no hay nada detrás, real y con peso suficiente, que lo respalde.

Resumiendo, todo ha sido una gran estafa del sistema neoliberal capitalista y aún estamos a tiempo de  evitar que se produzca una tercera guerra mundial (seguramente se producirá en los próximos años si no se hace algo para evitarlo, todos los indiciadores indicán eso) ésta sería la salida natural de esta crisis, pero, si ponemos todos de nuestra parte, la podríamos evitar. Al menos es lo que yo espero...

Un saludo!!!

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